La tarde antes del día del padre, disfrutamos de medio juego de las ardillas voladoras en Richmond.
Fue una tarde inolvidable, porque fué la primera vez que atendemos a un juego, y porque en lugar de juegos pirotécnicos, recibimos un increíble aguacero.
Fue una tarde inolvidable, porque fué la primera vez que atendemos a un juego, y porque en lugar de juegos pirotécnicos, recibimos un increíble aguacero.
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